
Los gigantes en nuestras vidas no necesariamente son problemas, sino oposiciones espirituales contra nosotros y nuestra comunión con Dios. Toda esto nos somete al miedo y nos esclaviza a pensamientos de derrota. Los gigantes no siempre serán ejércitos armados o enemigos visibles; muchas veces serán opresiones internas, patrones repetitivos de pecados, arraigo a formas de pensar y hasta incredulidad. Las armas espirituales de nuestra milicia no son carnales, entonces no podemos utilizar armas humanas para combatir los ataques espirituales. Necesitamos confiar plenamente en que Dios está con nosotros y nos respalda en nuestras luchas. Como creyentes, debemos enfrentar enemigos que parecen más grandes y fuertes de lo que realmente son. Cuando caminamos en obediencia a Dios y a su palabra, derribaremos fortalezas, porque ningún gigante es más grande que nuestro Dios. Hoy amado lector, te invito a reconocer la naturaleza espiritual de nuestras batallas. No te concentres en el tamaño del gigante o en lo difícil de la situación que libras.

El enemigo de nuestras almas, hablará con intimidación y pondrá dudas para que dejemos de confiar en Dios. Contrarresta y silencia esas voces mentirosas, con el poder y la verdad de la Palabra de Dios. Debemos librar la batalla, desde la convicción espiritual, que en Cristo la victoria está asegurada. Derriba las fortalezas internas, los gigantes no siempre están afuera, sino adentro. El orgullo, las dudas, la falta de perdón o la incredulidad se convierten en fortalezas que nos limitan más que cualquier enemigo externo. Los fracasos del pueblo de Israel, no radicaron en su debilidad y poca fuerza, sino en la desobediencia interna. Para derribar gigantes, identifica y destruye las estructuras internas que le dan derecho legal al diablo para atacarte. No alimentes la derrota y las dudas, el espíritu Santo revela y limpia nuestras mentes y corazones, para que podamos enfrentar la batalla con autoridad. Nunca olvides que nuestra victoria inicia en el altar secreto y no en el campo de batalla. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Abrazo fuerte para todos.
Pr. José Ángel Castilla
Mañana un nuevo episodio de Cápsulas de fe. Aquí te dejo el vídeo de la semana pasada por si aún no lo has visto…