El corazón del hombre es engañoso y corrupto. Hace mucho tiempo erróneamente aprendí de alguien, que siguiera y copiara lo que me dictara el corazón y estuve engañado con eso, hasta que conocí al Señor y el Espíritu Santo trajo el convencimiento a mi vida, de que estaba equivocado. Seguir el corazón es engañarnos a nosotros mismos. La Palabra de Dios en el libro de proverbios, nos enseña a sobre toda cosa guardada, debemos guardar el corazón, porque de él mana la vida. Luego entonces, la responsabilidad de ser buenos guardas del corazón es un asunto de prioridad. No hay ciego más grande que la persona que no quiera ver. Cuando seguimos el camino equivocado, entramos en zonas de peligro en la que ponemos en riesgo, nuestra salvación y todo lo que Dios nos ha entregado. Admite y reconoce delante de Dios, que has fallado y que te estuviste engañando a ti mismo, por dejarte guiar por los deseos de la carne y toda la mentira que el enemigo de nuestras almas te hizo creer, para vivir una vida de mentiras.

El Dios de la verdad te mira a los ojos y te comienza a preguntar: ¿Por qué? Mírate en el espejo de los ojos de Dios y responde a la pregunta: ¿Qué vas a hacer al respecto de lo sucedido? Te invito a ponerte a cuentas con el Señor y confesarle tus pecados. Por muy avergonzante, sucio y horrible que sea lo que hayas cometido, deja que el Espíritu Santo escudriñe todas las intenciones secretas y la raíz de ése faltante que te lleva a ser vulnerable y entregaselo al Padre. Sólo él, como diseñador de éstas vasijas dúctiles, frágiles y débiles que somos, podrá darnos forma y apariencia final. El resultado siempre será el mejor, porque el proceso de transformación del corazón es una obra constante de Dios en nosotros. De todo lo que sembramos en ésta vida, recogeremos también, vela que tú cosecha sea de paz y tranquilidad. Tengamos presente que Dios nos observa todo el tiempo. Su mirada penetrante y por momentos incómoda, nos haga reflexionar y e incomode en esos momentos de debilidad de la carne, en los que pensamos que estamos perdidos. Déjate encontrar por el Señor y no sigas más a tu engañoso corazón. Recuerda que Dios no ha terminado contigo. Suscríbete a éste blog y recibirás notificación cada vez que suba un nuevo artículo. Deja tu comentario al final del blog. Abrazo fraterno para todos.

Pr. José Ángel Castilla