Andrés llevó a Simón para que conociera a Jesús y cuando él Señor lo tiene enfrente, lo mira fijamente y le dice: «Tu nombre es Simón pero desde hoy te llamarás «Pedro». El nombre Simón significa: vara flácida movida por el viento. El Señor y maestro de la gracia no sólo miró su fragilidad, inestabilidad y su ser voluble, sinó también el destino que tenía trazado para él.