A raíz de la celebración del día de acción de gracias el día de ayer, me puse a reflexionar acerca de las tantas razones por las que levanto y dedico mi corazón al Señor para decir gracias. Lo primero que traigo a mi memoria es mirar hacia la cruz y recordar que alguien murió por amor a mi y a toda la humanidad.
Antes de conocer el infinito amor de Jesús por nosotros, nuestros valores y principios los teníamos algo distorsionados. Por tal motivo, lo que pensamos que valía, dejó de valer y lo que carecía de valor, ahora se volvió extremadamente valioso.
Espera de Él toda tu
Hay batallas que la autosuficiencia,
Es díficil de explicar lo
Cuando algo de repente te
Jacob se quedó solo luego
El apóstol Santiago en la
La palabra griega Threskeia, aparece