
Cuando todo parece haberse acabado y tenemos una sensación de fracaso y de derrota, no podemos perder la fe y la esperanza. El pueblo de Israel, fue consolado con una preciosa promesa a través del profeta Isaías. Pasaban un momento difícil, donde todo parecía terminado. Sus ojos sólo vislumbraban el cautiverio, la derrota y un futuro incierto. Es en ese contexto difícil cuando irrumpe la palabra profética de Dios y les dice: Yo hago cosa nueva. En el idioma hebreo, en el que se escribió el antiguo testamento, la palabra Jadash significa algo fresco, renovado, algo que nunca antes se había visto. Dios no promete reciclar lo antiguo y viejo de nuestras vidas, sino manifestar algo que sea completamente nuevo. El Señor no te llama a mirar hacia atrás ni a conformarte con lo que quedó en el pasado, sinó permanecer en expectativa de lo nuevo que está por suceder.

Así como Israel vio abrirse un camino en el desierto y ríos en la soledad, también veremos amado lector, a Dios hacer lo imposible a favor de nosotros. Lo nuevo de Dios, no se somete a circunstancias, ni depende de nuestras fuerzas, ni a lo poco o lo mucho que tengamos en nuestras manos. El Dios de cosas nuevas siempre hará su voluntad perfecta como diseño eficaz y perfecto para nuestras vidas. Mantén viva tu oración, medita diariamente en Su Palabra, para que puedas renovar tus fuerzas, cuando te sientas desmayar. Seamos sensibles al Espíritu Santo, porque lo nuevo de Dios demanda dirección, constancia y obediencia. Recuerda que Dios no ha terminado contigo.
Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla