
Los gobernantes del mundo hablan acerca de de una paz que no conocen porque no la han experimentado en el corazón. La verdadera paz proviene de Dios y ella se experimenta cuando sabemos que en medio de la tormenta más difícil y adversa que podamos vivir, DIOS ESTÁ A NUESTRO LADO. Paz entonces es eso, sentir su dulce y hermosa presencia infundiendonos la fuerza y la tranquilidad que necesitamos para seguir adelante. Muchos corazones hoy anhelan paz, pero desafortunadamente la buscan en los lugares equivocados. La paz no proviene de las relaciones humanas o en medio de una temporal estabilidad financiera. La Paz verdadera no proviene del mundo, sino de Dios. En los tiempos del profeta Jeremías, el Señor le habló a su pueblo cuando se encontraban en cautiverio en Babilonia. Humanamente no había razones, para estar tranquilos, pero Dios les recordaba que tenía pensamientos de paz para ellos y un futuro lleno de esperanza.

A pesar de las circunstancias adversas que estaban viviendo, tenían la confianza, de que su destino no estaba en manos del pueblo de Babilonia, sino en las manos de Dios. De igual manera, aunque no siempre entiendas el por qué de las pruebas, puedes descansar en la seguridad de que Dios tiene el control. La Paz que proviene del cielo, no es frágil ni circunstancial, sino una paz sobrenatural que sobrepasa el entendimiento humano. Confía en el plan perfecto del Señor, aun cuando no lo entiendas. Dios no está improvisando con nuestra vida. Aunque ahora no veas la salida, Él ha trazado un camino de victoria para ti. Tu confianza en Su soberanía, es la clave para vivir en paz. Recibe esa paz que sólo Cristo te puede dar y permite que las pruebas te acerquen más a Él. En el dolor o en la lucha, descubre un nivel mucho más profundo en tu relación con el Señor. Recuerda que Dios no ha terminado contigo y que su “fin”, es un futuro lleno de esperanza. Abrazo fraterno para todos.
Pr. José Ángel Castilla